sábado, 15 de diciembre de 2012

1.2.- El Sistema Solar. (b)


1.2.3.- Componentes del sistema solar: planetas, satélites, cometas,…


El sistema solar está formado por el Sol, ocho planetas y sus satélites, asteroides, cometas, polvo interplanetario... Yo aquí os explicaré algunos de ellos.

LOS PLANETAS:
Los ocho planetas que componen el Sistema Solar, de menor a mayor distancia respecto al Sol, son: Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. ¿Y Plutón? Existen otros planetas denominados planetas enanos, en los cuales se clasifica Plutón desde el 24 de agosto de 2006, cuando la Unión Astronómica Internacional (UAI) excluyó a Plutón como planeta del Sistema Solar para introducirlo en esta clasificación.
Los planetas son cuerpos que giran formando órbitas alrededor de la estrella, tienen suficiente masa para que su gravedad supere las fuerzas del cuerpo rígido, de manera que asuman una forma en equilibrio hidrostático (prácticamente esférica), y han limpiado la vecindad de su órbita de planetesimales (dominancia orbital).
Los planetas interiores son Mercurio, Venus, la Tierra y Marte y tienen la superficie sólida. Los planetas exteriores son Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, también se denominan planetas gaseosos porque contienen en sus atmósferas gases como el helio, el hidrógeno y el metano, y no se conoce con certeza la estructura de su superficie.


PLANETAS ENANOS:
Los cinco planetas enanos del Sistema Solar, de menor a mayor distancia respecto al Sol, son: Ceres, Plutón, Haumea, Makemake y Eris.
Según la Unión Astronómica Internacional, un planeta enano es aquel cuerpo celeste que: Está en órbita alrededor del Sol, tiene suficiente masa para que su propia gravedad haya superado la fuerza de cuerpo rígido, de manera que adquiera un equilibrio hidrostático (forma casi esférica), no es un satélite de un planeta u otro cuerpo no estelar, no ha limpiado la vecindad de su órbita. Según estas características, la diferencia entre los planetas y los planetas enanos es que estos últimos no han limpiado la vecindad de su órbita; esta característica sugiere un origen distinto para los dos tipos de planeta.


SATÉLITES:
El concepto satélite se puede referir a dos cosas: un satélite natural es un cuerpo celeste que órbita un planeta u otro cuerpo más pequeño, al que se denomina "primario"; no tiene luz propia, tal como los planetas. Por ejemplo la Luna, que es un satélite, gira en torno al planeta Tierra. Los satélites artificiales son aquellos objetos puestos en órbita mediante la intervención humana, creados por el hombre; es un vehículo que puede o no contener tripulación, el cual es colocado en órbita alrededor de un astro, con el objetivo de adquirir información de éste y transmitirla. En cuanto a los satélites naturales, estos son más pequeños que el astro al que rodean, y son atraídos recíprocamente por fuerza de gravedad. Por lo general, aquellos satélites que giran en torno a planetas principales se les denominan lunas, pues se les asocia al satélite de la Tierrala Luna.
Dentro del Sistema Solar existe una gran cantidad de satélites naturales y todavía no se sabe con exactitud la cantidad. La Tierra posee tan sólo uno, pero existen otros planetas que pueden llegar a tener más de 60 lunas, por ejemplo Júpiter tiene 63. Sin embargo existen planetas como Venus y Mercurio que carecen de satélites, no obstante no sería extraño que esta aseveración cambiara pues hasta estos días se siguen descubriendo más satélites en el Sistema Solar. Se han descubierto aproximadamente 130 satélites, pero lo más probable es que en un futuro próximo se encuentren satélites de mayor tamaño.


COMETAS:
Los cometas son pequeños cuerpos de forma irregular compuestos por una mezcla de granos no volátiles y gases helados, lo que les valió ser designados por Whipple como "bolas de nieve sucias". El nombre "cometa" proviene del griego clásico y significa astro con larga cabellera, como referencia a sus largas colas.
Típicamente, un cometa tiene menos de 10 km de diámetro. La mayor parte de sus vidas son cuerpos sólidos congelados. Cuando eventualmente se acercan al Sol, el calor de éste empieza a vaporizar sus capas externas, convirtiéndolo en un astro de aspecto muy dinámico, con unas partes diferenciadas; el gráfico inferior muestra los componentes de un cometa. Mientras se mantiene congelado, es simplemente un núcleo y su aspecto es muy similar al de un asteroide, con la salvedad de que en vez de estar compuesto por rocas, lo está por hielos.  Las estructuras de los cometas son diversas y con rápidos cambios, aunque todos ellos, cuando están suficientemente cerca del Sol, desarrollan una nube de material difuso denominada coma, que aumenta de tamaño y brillo a medida que el cometa es calentado por la radiación solar. También muestran normalmente un pequeño núcleo, semioculto por la neblina de la coma. La coma y el núcleo constituyen la "cabeza" del cometa.
Los cometas son imprevisibles, pudiendo repentinamente brillar o empalidecer en cuestión de horas. Pueden perder su cola o desarrollar varias. Algunas veces pueden incluso partirse en dos o más pedazos, moviéndose juntos por el cielo.

 

CINTURÓN DE ASTEROIDES:
Ocupando el enorme espacio entre las órbitas de Marte y de Júpiter, una multitud de objetos rocosos de diferentes formas, tamaños y colores orbita alrededor del Sol a grandes velocidades, constituyendo el llamado Cinturón de asteroides. Cuerpos de sólo unas decenas de metros junto a otros de varios centenares de kilómetros de diámetro ocupa una franja que se sitúa a distancias entre 2 y 4 UA del Sol, esto es, 300 y 600 millones de kilómetros.
1 UA o Unidad Astronómica es la distancia media entre el Sol y la Tierra, y es igual a 149.597.871 km; es la unidad que se emplea para medir distancias en el Sistema Solar, aunque también sirve para cuantificar el diámetro de algunas estrellas supergigantes, y la separación entre las dos componentes de algunas estrellas dobles.
Es necesario aclarar enseguida que el llamado Cinturón de asteroides no es el único lugar del Sistema Solar donde pueden encontrarse estos cuerpos, pues al menos otras dos regiones albergan astros similares: El Cinturón de Kuiper (entre 35 y 100 UA del Sol) y la Nube de Oort (entre 20.000 y 150.000 UA), donde tienen su origen la mayoría de los cometas que periódicamente nos visitan. Además, también son asteroides otras familias de astros entre los que se encuentran los objetos más cercanos a la Tierra, divididos en tres grupos: Atens, Apolos y Amores.
El Cinturón de asteroides ejerce de frontera natural entre los planetas interiores, rocosos o telúricos, y los gigantes gaseosos exteriores, aunque no de una forma absoluta, pues en la misma órbita de Júpiter, y compartiendo la misma trayectoria que el gigante joviano, se sitúan los asteroides llamados troyanos, 60 grados por delante y por detrás del mismo Júpiter, en los lugares llamados Puntos de Lagrange. Algunos llaman griegos a los situados por delante, reservando el nombre de troyanos para los que se sitúan después del planeta. Por otro lado, los dos satélites de Marte, Fobos y Deimos, que tienen un tamaño similar a la isla de Manhattan, parecen ser en realidad dos antiguos asteroides que, procedentes del Cinturón, fueron capturados por la fuerza gravitatoria del planeta.


ESTRELLAS FUGACES:
Todos nosotros estamos familiarizados con la visión de un súbito destello de luz pasando a través de parte del cielo, posiblemente seguido de una duradera traza de luz. Aún cuando hay muchos aviones y satélites artificiales que pueden verse, ninguno de ellos se ve igual que una 'estrella fugaz'.
Muy ocasionalmente la 'estrella fugaz' es muy brillante, más brillante que las estrellas, y a veces parece emitir chispas o incluso romperse en pedazos. En muy raras ocasiones su pasaje puede oírse como un rugido o una serie de remotas explosiones. Estos objetos muy brillantes con frecuencia son llamados bólidos.
La traza dejada por una brillante 'estrella fugaz' puede durar por menos de un segundo, o, para un bólido, puede durar minutos. 


METEOROS:
Lo que presenciamos al ver una estrella fugaz, es una pequeña pieza de materia interplanetaria, llamada un meteoro, entrando a la atmósfera de la Tierra y "quemándose" a una altura de unos 100 Km.
Estas pequeñas partículas se mueven muy rápido en relación con la Tierra y cuando entran en la atmósfera son frenadas rápidamente. Esto significa que pierden una gran cantidad de energía, que aparece como calor. Tanto la partícula, como el aire que está forzando a su paso se calientan mucho. La partícula, a menos que sea grande, es evaporada completamente y el aire en el camino del meteoro es ionizado. Vemos la luz de la emisión de radiación del gas ionizado y de la partícula al blanco vivo, que se evapora. La traza es el gas caliente, que gradualmente se enfría.
Los astronautas, cuando re-entran en la atmósfera de la Tierra, deben tomar severas precauciones para orientar su nave correctamente, de manera que el escudo, que está diseñado para absorber y disipar el calor causado por el impacto contra la atmósfera, pueda hacer su trabajo. Si, por alguna razón, el escudo no funcionara, los astronautas sufrirían el mismo destino que un meteoro!

METEORITOS:
Cuando grandes trozos de materia interplanetaria entran en la atmósfera, es poco probable que todo el trozo sea evaporado. Las capas externas desaparecerán, pero el centro es probable que sobreviva y golpee el suelo. El objeto que golpea el suelo es llamado un meteorito. La velocidad con que los meteoritos pequeños golpean el suelo puede estar alrededor de 500 Km/h.
Más de 2.000 meteoritos se han recobrado. Son de diferentes tipos, meteoritos rocosos, meteoritos ferrosos, y las raras condritas carbonáceas.
El mayor meteorito que se ha encontrado es el Hoba, un meteorito de hierro de 60 toneladas; el mayor meteorito rocoso pesa cerca de una tonelada y la condrita carbonácea Allende era una serie de trozos que totalizaban cerca de 5 toneladas.
Se conocen cráteres de impacto en la Tierra que corresponden a cuerpos mucho mayores que esos. Uno de los más conocidos, es el cráter de Arizona en los Estados Unidos de América, que tiene 1.280 metros de diámetro y 180 metros de profundidad. Fue formado hace varios miles de años por un meteorito de unas 250.000 toneladas con un diámetro de unos 70 metros, que golpeó a la Tierra a una velocidad de casi 60.000 Km/h.


POLVO CÓSMICO:
Las partículas de polvo cósmico, originalmente de asteroides y cometas, son piezas diminutas de roca pulverizada. Estas partículas miden hasta una décima de milímetro y pueblan, en una tenue nube, el sistema solar. Es importante estudiarlas porque los minerales que contienen conservan un registro de las condiciones en las que se formaron los asteroides y los cometas hace más de cuatro mil millones de años, por lo cual brindan una ventana a la historia más temprana de nuestro sistema solar.
Hay cientos de miles de millones de partículas de polvo extraterrestre cayendo del cielo. Este material tan abundante es importante ya que tales fragmentos diminutos de roca permiten a los científicos estudiar objetos distantes del sistema solar sin el oneroso costo de enviar vehículos al espacio para investigar. Analizar el polvo espacial caído en la Tierra nunca reemplazará por completo las misiones espaciales, pero puede ahorrarnos tener que visitar tantos astros para obtener este tipo de información. El origen del polvo cósmico que cae en la Tierra ha sido siempre incierto. Los científicos pensaban que analizar el contenido mineral y químico de partículas individuales de polvo era fundamental para establecer su origen. Pero este estudio sugiere que una comparación de múltiples partículas da mejores resultados.


1.2.4.-Exoplanetas.

Se denomina planeta extrasolar o exoplaneta a un planeta que orbita una estrella diferente al Sol y que, por tanto, no pertenece al Sistema Solar.
De acuerdo con la actual definición de "planeta", un planeta tiene que orbitar una estrella. Sin embargo, se considera posible la existencia de cuerpos planetarios no ligados a la gravedad de ninguna estrella. Tales cuerpos habrían sido expulsados del sistema en el que se formaron y en la literatura científica se los denomina frecuentemente como planetas errantes o planetas interestelares. Los planetas son fuentes de luz muy tenue en comparación con sus estrellas. En longitudes de onda visibles, por lo general tienen menos de una millonésima del brillo de su estrella madre. Es sumamente difícil detectar este tipo de fuente de luz tenue, y, además, la estrella madre tiene una luz deslumbrante que casi lo hace imposible.
Por las razones expuestas, los telescopios han fotografiado directamente no más de una decena de exoplanetas. Esto sólo ha sido posible para planetas que son especialmente grandes (por lo general mucho más grande que Júpiter) y muy distantes de su estrella madre. La mayoría de los planetas con imágenes directas también son muy calientes, por lo que emiten una intensa radiación infrarroja, entonces las imágenes han sido hechas en infrarrojos en vez de longitudes de onda visibles, con el fin de reducir el problema del resplandor de la estrella madre.



-María-